Paso 1: Cuando una célula cancerígena muere, libera su ADN mutado, el cuál actúa como un "antígeno". Este antígeno permite que nuestro sistema inmune las reconozca como células"anormales". Gracias a esas diferencias en el ADN de las células, el sistema inmunitario las reconoce.
Paso 2: Las células inmunitarias (células dendríticas) se especializan en encontrar antígenos y llevarlos a los linfocitos T ubicados en los nódulos linfáticos. La inmunoterapia puede potenciar la inmunidad en este y otros pasos.
Paso 3: Los linfocitos T, un tipo de glóbulos blancos, son activadoos para reconocer esos antigenos especificos, y Comenzar la respuesta inmune Contra las células cancerosas.
Paso 4: Los linfocitos T activados viajan a través de los vasos sanguíneos en búsqueda de células tumorales que contengan estos "antígenos".
Paso 5: Cuando los linfocitos T llegan al microambiente del tumor, comienzan a infiltrarse en la zona, para poder llegar a las células cancerígenas.
Paso 6: Una vez en el microambiente del tumor, los linfocitos son capaces de reconocer a las células identificadas como amenaza, en base a los antígenos que las células cancerosas habían liberado antes.
Paso 7: Los linfocitos T destruyen a las células cancerosas activando una serie de pasos que conducen a la muerte celular. Aquí es donde la inmunoterapia puede tener efecto sobre ciertas proteínas (PD-L1 o PD-1), reforzando la inmunidad.
Al eliminar células cancerosas, se liberan más antígenos, y el ciclo de la inmunidad del cáncer vuelve a comenzar.
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